Conocer tu predisposición genética a padecer enfermedades comunes, crónicas y que pueden ser tratadas con fármacos, puede ayudarte a prevenirlas.
Fenilcetonuria
La fenilcetonuria es un trastorno metabólico hereditario que se caracteriza por la carencia o la baja presencia de una enzima, la fenilalanina hidroxilasa o PAH.
La fenilcetonuria es un trastorno metabólico hereditario que se caracteriza por la carencia o la baja presencia de una enzima, la fenilalanina hidroxilasa o PAH, que es necesaria para convertir la fenilalanina en otras sustancias que el organismo necesita. La fenilalanina es un aminoácido, que son los que forman las proteínas, y por tanto está presente en la mayoría de alimentos. Los individuos afectados por esta enfermedad no son capaces de transformar la fenilalanina en tirosina, un aminoácido esencial en el proceso de formación de los neurotransmisores. La acumulación de fenilalanina es tóxica para el sistema nervioso, por lo que si esta enfermedad no se trata a tiempo se pueden producir daños cerebrales y retraso mental.
Los síntomas de la fenilcetonuria varían en severidad. El tipo de fenilcetonuria más grave se conoce como fenilcetonuria clásica. En este caso, los niños aparentan estar sanos al nacer, pero si no reciben el tratamiento adecuado, padecen retrasos en el desarrollo intelectual. También pueden padecer otros síntomas como convulsiones, problemas de comportamiento o desórdenes psiquiátricos. Los niños con este trastorno suelen tener la piel clara y el pelo más claro que el resto de la familia, así como desórdenes en la piel como eczemas. Otras formas más leves de este trastorno tienen menos riesgo de daño cerebral.
Por otra parte, los niños nacidos de madres con fenilcetonuria que no siguen un control de la dieta adecuado tienen un riesgo significativo de retraso mental, además, suelen presentar bajo peso al nacer y un crecimiento más lento de lo normal. Esta situación también puede provocar problemas cardíacos, microcefalia (cabeza más pequeña de lo normal) o problemas de comportamiento.
Aunque la fenilcetonuria no tiene cura, es posible prevenir el retraso mental completamente así como otros síntomas asociados, si se trata al bebé con una dieta especial baja en fenilalanina dentro de los 7 a 10 días de vida. Para que esto sea posible es imprescindible realizar al bebé alrededor de los 5 días la prueba de la fenilcetonuria conocida como ‘prueba del talón’, ya que consiste en la obtención de unas gotas de sangre del talón del bebé. Mujeres embarazadas y afectadas que no siguen un control adecuado también tienen más riesgo de sufrir un aborto durante el embarazo.
La dieta debe ser individualizada dependiendo de la cantidad de fenilalanina que cada paciente pueda tolerar, su edad, su peso y otros factores. Es necesario realizar análisis de sangre de forma regular para controlar los niveles, modificando la dieta según los resultados. Los individuos con esta enfermedad deben seguir una dieta restringida durante la infancia y la adolescencia, y posiblemente durante toda la vida, aunque es posible que la dieta sea algo más flexible con la edad. Actualmente existe un fármaco (con el principio activo sapropterina) que ayuda a reducir los niveles de fenilalanina en sangre a los pacientes que conservan una pequeña actividad de la PAH en conjunción con la dieta.
Esta enfermedad se produce debido a mutaciones en el gen PAH. Este gen proporciona las instrucciones para la formación de la enzima llamada fenilalanina hidroxilasa, que es la encargada de convertir la fenilalanina en tirosina, sustancia necesaria para el desarrollo del sistema nervioso central. Como consecuencia de la falta o reducción de esta enzima, la fenilalanina se acumula en el organismo provocando los síntomas característicos de la enfermedad. Dependiendo de cómo sean las mutaciones, los niveles de fenilalanina serán distintos y los síntomas serán más o menos severos. Cambios en otros genes pueden influir también en la severidad de este trastorno.
Aproximadamente uno de cada 10.000 a 15.000 niños nace con fenilcetonuria. La mayoría de los casos se detectan temprano y por tanto no se observan a menudo los síntomas más severos de la enfermedad.
El patrón de herencia es autosómico recesivo, es decir, es necesario que las dos copias del gen estén afectadas para que se produzca la enfermedad. Por tanto, es necesario que los dos padres sean portadores, o lo que es lo mismo, que tengan cada uno una copia del gen mutado y la transmitan a la descendencia, pero ellos no padecen la enfermedad. Cuando ambos padres son portadores, la probabilidad de que ambos transfieran el gen afectado a un hijo es de una entre cuatro.
En mujeres diagnosticadas de Fenilcetonuria, es muy importante que sigan una dieta baja en fenilalanina, tanto antes de quedar embarazadas como durante el embarazo, para impedir que la acumulación de esta sustancia cause daño al bebé en desarrollo, incluso sin que éste haya heredado el gen defectuoso.
Por otro lado, se recomienda realizar una consulta de consejo genético a futuros padres que presenten la enfermedad o que conozcan la existencia de antecedentes de la misma en su familia, ya que de este modo podrán conocer el riesgo de transmitir la enfermedad a su descendencia, realizar las pruebas de análisis genético que se estimen necesarias, y tomar las medidas de prevención más adecuadas.
SEEIM – Sociedad Española de Errores Innatos del Metabolismo
Fenilcetonuria.es – Web que incluye información relacionada con la fenilcetonuria
E.S. PKU – Sociedad Europea de Fenilcetonuria