Las hipolipemias son trastornos del metabolismo lipídico caracterizados por una disminución en la concentración plasmática de lipoproteínas, que puede ser causada por factores primarios (genéticos) o secundarios.
Aunque menos comunes que las hiperlipemias, las hipolipemias tienen consecuencias importantes que implican alteración de una o más de las funciones principales de las lipoproteínas. Estas alteraciones pueden tener efectos clínicos muy variados como predisposición a cardiopatía isquémica (asociados a C-HDL bajo), efecto protector cardiovascular (asociados a disminución de C-LDL), patologías nutricionales (malabsorción, trastornos de crecimiento o déficits vitamínicos), enfermedad hepática (hígado graso, NASH), etc. La coexistencia de algunas variantes en estos genes con mutaciones responsables de otras hiperlipemias genéticas pueden determinar una importante variabilidad fenotípica en algunas familias, afectando de este modo al riesgo individual en portadores.