La hipertensión pulmonar está definida por el aumento anormal de la presión arterial pulmonar, que puede ser de origen idiopático (sin causa conocida), hereditario o asociado a enfermedades sistémicas. Es una enfermedad progresiva que suele asociarse a un mal pronóstico. En los últimos años se han realizado importantes avances en la fisiopatología y la utilidad de la genética en el manejo de los pacientes con sospecha de enfermedad, lo que ha permitido reducir el número de casos diagnosticados como idiopáticos. Entre las formas hereditarias de la hipertensión arterial pulmonar (HAP), aproximadamente el 70 % de los casos son debidos a mutaciones en el gen BMPR2, en las que se describe un patrón de herencia autosómico dominante y penetrancia incompleta.
Existen también enfermedades con un patrón de herencia autosómico recesivo asociadas a HTP, como la enfermedad pulmonar venooclusiva/hemangiomatosis capilar pulmonar (PVOD/PCH), asociada a mutaciones bialélicas en el gen EIF2AK4. Recientemente, se han descrito variantes patogénicas asociadas a esta enfermedad en otros genes, que han sido incluidos en el panel.